Discurso pronunciado en la Sesión Solemne Concejo del Municipio Crespo
Día de la Declaración de la Independencia de Venezuela. 5 de Julio 1811
Ciudadana Alcaldesa, Integrantes del
Concejo Municipal; Señoras; Señores. Ciudadanos tod@s.
Sinceramente, me honra la
oportunidad que se me confiere para hablar ante ustedes, en esta época de
retos y oportunidades para los venezolanos.
Cada día representa una nueva
oportunidad, una batalla por librar. Diariamente tenemos la posibilidad de comenzar
de nuevo, de confrontar nuestras propias ideas, de reflexionar y lograr avances
en nuestros sentipensamientos. Asumiendo como alegoría la rendición de la
obscuridad ante la luz, de la maldad ante el bien y de la verdad sobre la
mentira[1].
Hoy nos encontramos reunidos para honrar en esta fecha una parte de esta eterna
batalla, pues el compromiso de todos los estudiosos e investigadores de la
historia debe ser la formación de identidad patria y el rescate de la memoria
colectiva.
Hoy cinco de Julio se conmemora en nuestro país el Día de
Independencia. Esta fecha es el mejor día para renovar la esperanza
de los venezolanos, porque ese día nació la primera República. Ese día, la
mayoría del pueblo venezolano declaró su independencia absoluta de todo poder
extranjero, su voluntad inflexible para gobernarse a sí mismos, su
determinación para construir su propia patria, para ser responsable de su
destino. El 5 de julio, los venezolanos liberaron sus energías creadoras en
medio de la incertidumbre, del miedo, del cinismo, para afirmar su esperanza en
un futuro mejor.
Recordar los logros y aportes que los venezolanos han hecho al
mundo; detallar sus éxitos y sus contribuciones al desarrollo, es
oportuno para evaluar las ventajas que nos distinguen y así emprender acciones,
personales y colectivas que pongan en evidencia el genio y la creatividad en
todos los órdenes y en todas las latitudes.
Doscientos dos años han pasado desde que Venezuela inició su
camino como nación independiente. Arduo y complejo fue el proceso emancipatorio[2]
y en la actualidad representa un proceso que todavía sigue abierto. La
construcción de la República no sólo pasó por el campo de batalla, que fue
disminuyendo a los opresores, sino también por tratar de desarticular todo un
aparataje de desigualdades políticas, sociales, económicas y culturales[3].
Los pueblos Indígenas, los afrodescedientes, los pardos y
mantuanos, formaron parte de un proceso emancipador con caracteres medulares
que abarcó un ámbito tanto nacional como continental[4].
Esta ha sido, en efecto, una gesta primordial en los orígenes de nuestra
nacionalidad;
más que un ícono inmóvil, debe ser entendida como una lección fundante y
reactivadora de nuestra conciencia nacional. [5]
En nuestros días vivimos en una coyuntura política
transformadora; un proceso de independencia que no ha finalizado, y rebasa los
límites fronterizos para convertirse en un movimiento continental donde el
Caribe, el Amazonas, los Andes y la Pampa se integran como un pueblo
nuestramericano[6],
que ha decidido entablar una lucha directa contra las nuevas amenazas; una
lucha por el respeto y la reivindicación de la diversidad socio-cultural que
nos une y caracteriza; una lucha por hacer prevalecer el derecho que tienen los
pueblos a garantizar su bienestar y participar en la búsqueda de su propio
destino, consolidar las bases de la autodeterminación, la soberanía y en
definitiva construir un mundo posible de todos y para todos.
Hoy más que nunca nuestro pasado se hace presente. Todos los
venezolanos estamos llamados a saltar el cerco impuesto por una historiografía
donde el pueblo no ha llegado a reconocerse; donde la efectiva y decidida
participación de la mujer, los aborígenes, los afrodescendientes, los campesinos,
obreros, y todo el colectivo que integra nuestra sociedad permanece - salvo en
contadas ocasiones - en las sombras, desmeritado, subvalorado: invisibilizado.
La diversidad cultural de Venezuela es nuestro gran patrimonio,
es parte de nuestra riqueza. Venezuela es una nación abierta, donde cabemos
todos. Ha sido siempre un país diverso, multiétnico y pluricultural. La
independencia tuvo entre sus causas, la necesidad de reconocer que la fuerza de
la nación está en su diversidad[7]. La
interpretación de nuestra historia y nuestros proyectos futuros estarán
incompletos mientras no se incorporen todas las voces de Venezuela.
Permítanme invitarlos a elevar nuestra vista sobre las
sospechas y los miedos de este presente inmediato, para rendir un homenaje a los
fundadores de nuestra nación. Ratificar que tenemos una memoria común, un
pasado común que nos une. Un presente común que compartimos y un destino común
para construir.
Por esto el 5 de julio debe ser una fiesta popular. La
nacionalidad es una emoción compartida. Un sentimiento que se vive. Ojalá sea
esta la última vez que nuestro 5 de julio se celebre en los recintos cerrados
de un palacio. El 5 de julio de la República Bolivariana de Venezuela debe
celebrarse en las calles. Con calor de pueblo, con sabor a pueblo.
Con muchísima esperanza en el futuro, me despido de
ustedes.
Gracias.
Gracias.
Jorge Rondón
Duaca 5 de Julio 2013. Estado Lara
Referencias
[1] Cf. Sanoja, M. (1997). "La Mentira Histórica como
instrumento de poder". Balance Psicosocial del Venezolano del siglo
XX: 33-50. Grijalbo. Caracas
[2] Cf. Acosta
Vladimir. (2010) Independencia y Emancipación Editorial: Centro de Estudios
Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Caracas
[3] Cf. Brito
Figueroa, F. (1993). Historia Económica y Social de Venezuela. 4. Vols.
Ediciones de la Biblioteca. Universidad Central de Venezuela. Caracas.
[4] Cf. Mora, Arnoldo.
(2001). La identidad de Nuestra América. Heredia: Cuadernos Prometeo. Caracas
[5] Cf. Torres
Iriarte, Alexander,(2006) "De la ejemplaridad creadora a la inagotable
presencia (Bolívar en Mario Briceño Iragorry y Arturo Uslar Pietri)", p.
87. Tomo LXXXIX, Octubre-diciembre N° 356.
[6] Cf. Martí, José.
(1985). Nuestra América. Caracas: Biblioteca Ayacucho. Caracas.
[7] Cf. Bolívar,
Simón. (1979). Doctrina del Libertador. Biblioteca Ayacucho. (Manuel
Pérez-Vila, Comp.) Caracas